sábado, 31 de diciembre de 2016

Santa María Madre de Dios – Ciclo A (Lucas 2, 16-21) – 1 de enero de 2017

LUCAS 2, 16-21

15 Cuando los dejaron los ángeles para irse al cielo, los pastores empezaron a decirse unos a otros:
- Ea, vamos derechos a Belén a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor.
16 Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño recostado en el pesebre. 17Al verlo, les comunicaron las palabras que les habían dicho acerca de aquel niño. 18 Todos los que lo oyeron quedaron sorprendidos de lo que decían los pastores.
19 María, por su parte, conservaba el recuerdo de todo esto, meditándolo en su interior.
20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído; tal y como les habían dicho.
21 Al cumplirse los ocho días, cuando tocaba circuncidar al niño, le pusieron de nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.


REFLEXIONES:

domingo, 25 de diciembre de 2016

Natividad del Señor – Ciclo A (Lucas 2, 1-14) 25 de diciembre de 2016

Lucas 2,1-14

1Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo.2Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.3Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.4Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David,5para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.6Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento,7y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.8Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño.9Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.10El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:11os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;12y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»13Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:14«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»

domingo, 18 de diciembre de 2016

Domingo IV de Adviento – Ciclo A (Mateo 1, 18-24) – 18 de diciembre de 2016

MATEO 1, 18-24

18 Así nació Jesús el Mesías: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
19 Su esposo, José, que era hombre justo y no quería infamarla, decidió repudiarla en secreto. 20 Pero, apenas tomó esta resolución, se le apareció en sueños el ángel del Señor, que le dijo:
- José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte contigo a María, tu mujer, porque la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.
22 Esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: 23 Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán de nombre Emanuel (Is 7,14) (que significa «Dios con nosotros»).
24 Cuando se despertó José, hizo lo que le había dicho el ángel del Señor y se llevó a su mujer a su casa.
REFLEXIONES:

sábado, 10 de diciembre de 2016

Domingo III de Adviento – Ciclo A (Mateo 11, 2-11) – 11 de diciembre de 2016



Mateo 11:2-11

Juan oyó hablar en la cárcel de la actividad del Mesías y le envió este mensaje por medio de sus discípulos:
  — ¿Eres tú el que había de venir o tenemos que esperar a otro?
  Jesús respondió:
   — Vayan a contar a Juan lo que ustedes ven y oyen: los ciegos recobran la vista, los cojos caminan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres reciben la Buena Noticia; y, ¡feliz el que no tropieza por mi causa!
  Cuando se fueron, se puso Jesús a hablar de Juan a la multitud:
   — ¿Qué salieron a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿Qué salieron a ver? ¿Un hombre elegantemente vestido?
   Miren, los que visten elegantemente habitan en los palacios reales. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Les digo que sí, y más que profeta.
  A éste se refiere lo que está escrito:

   Mira, yo envío por delante
   a mi mensajero
   para que te prepare el camino.

  Les aseguro, de los nacidos de mujer no ha surgido aún uno mayor que Juan el Bautista. Y sin embargo, el último en el reino de los cielos es mayor que él.

Reflexiones:  Pagola, Ulibarri, Fray Marcos, Sicre

sábado, 3 de diciembre de 2016

Adviento 2 A 2016


Mateo 3, 1-12
Por aquel tiempo se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea. En su proclamación decía: «¡Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!»
Juan era aquel de quien Dios había dicho por medio del profeta Isaías:
«Una voz grita en el desierto:
“Preparen el camino del Señor;
ábranle un camino recto.”»
La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello, y se la sujetaba al cuerpo con un cinturón de cuero; su comida era langostas y miel del monte. La gente de Jerusalén y todos los de la región de Judea y de la región cercana al Jordán salían a oírle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.

Pero cuando Juan vio que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: «¡Raza de víboras! ¿Quién les ha dicho a ustedes que van a librarse del terrible castigo que se acerca? Pórtense de tal modo que se vea claramente que se han vuelto al Señor, y no presuman diciéndose a sí mismos: “Nosotros somos descendientes de Abraham”; porque les aseguro que incluso a estas piedras Dios puede convertirlas en descendientes de Abraham. 10 El hacha ya está lista para cortar los árboles de raíz. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. 11 Yo, en verdad, los bautizo con agua para invitarlos a que se vuelvan a Dios; pero el que viene después de mí los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco llevarle sus sandalias. 12 Trae su pala en la mano y limpiará el trigo y lo separará de la paja. Guardará su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.»