sábado, 27 de febrero de 2016

Lucas 13:1-9

13 Por aquel mismo tiempo fueron unos a ver a Jesús, y le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos hombres de Galilea con la sangre de los animales que ellos habían ofrecido en sacrificio.
Jesús les dijo: «¿Piensan ustedes que esto les pasó a esos hombres de Galilea por ser ellos más pecadores que los otros de su país? Les digo que no; y si ustedes mismos no se vuelven a Dios, también morirán. ¿O creen que aquellos dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé les cayó encima eran más culpables que los otros que vivían en Jerusalén? Les digo que no; y si ustedes mismos no se vuelven a Dios, también morirán.»
Jesús les contó esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, y fue a ver si daba higos, pero no encontró ninguno. Así que le dijo al hombre que cuidaba el viñedo: “Mira, por tres años seguidos he venido a esta higuera en busca de fruto, pero nunca lo encuentro. Córtala, pues; ¿para qué ha de ocupar terreno inútilmente?” Pero el que cuidaba el terreno le contestó: “Señor, déjala todavía este año; voy a aflojarle la tierra y a echarle abono. Con eso tal vez dará fruto; y si no, ya la cortarás.”»

domingo, 21 de febrero de 2016

Segundo Domingo de Cuaresma – Ciclo C (Lucas 9, 28b-36) – 21 de febrero de 2016

Lucas  9: 28 - 36
28Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar.
29Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante,
30y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías;
31los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.
32Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
33Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía.
34Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor.
35Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.»
36Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

Reflexiones:  
P. José A. Pagola    Hermann Rodríguez, sj

sábado, 13 de febrero de 2016

1er. domingo de cuaresma. 14/02/2016

Lucas 4, 1-13

1Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto,2durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre.3Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.»4Jesús le respondió: «Esta escrito: No sólo de pan vive el hombre.»5Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra;6y le dijo el diablo: «Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero.7Si, pues, me adoras, toda será tuya.»8Jesús le respondió: «Esta escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.»9Le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo;10porque está escrito: A sus ángeles te encomendará para que te guarden.11Y: En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna.»12Jesús le respondió: «Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios.»13Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.

REFLEXIONES
(P. José Antonio Pagola)  (Herman Rodíguez, sj)

domingo, 7 de febrero de 2016

Lucas 5:1-11

1Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios,2cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes.3Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.4Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.»5Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes.»6Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse.7Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.8Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.»9Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado.10Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.»11Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.

Reflexiones: